Hormigas bengalíes, utilizadas con curiosos fines médicos

hormigas bengalíes

hormigas bengalíesLa historia e la humanidad está repleta de cosas curiosas. Y la medicina y su evolución es solo parte de un mundo apasionante en el que hoy nos adentraremos un poquito. Y es hoy vamos a hablar de un animal bastante inusual cuando se trata de fines médicos: las hormigas, y de cómo han sido utilizadas para tratar temas de salud.

A lo largo de la historia los médicos han tenido que buscar ingeniosas formas y soluciones para curar a los pacientes. Y es aquí donde entran en juego las hormigas bengalíes, ya que se utilizaban para realizar suturas. Sí, ¡como lo lees, eran utilizadas para realizar suturas!

Pongámonos en precedentes. Y es que en la antigüedad los médicos no disponían de las sofisticadas herramientas con las que cuentan hoy en día. De hecho, no tenían ni siquiera algo tan básico hoy en día como aguja e hilo. El principal problema al que se enfrentaban es que habían comprobado que las técnicas que utilizaban con sus primitivas herramientas, cuando trataban de reparar una herida, sobre todo cuando se trataba de zonas como la abdominal, era muy difícil y en ocasiones no solo no obtenían buenos resultados, sino que llegaban a perforar más los órganos dañados, complicaban el proceso de cicatrización y llegaban a causar infecciones.

Hormigas bengalíes para realizar suturas médicas

Entonces decidieron utilizar las hormigas bengalíes como herramienta para realizar suturas, ya que estas hormigas muerden todos aquello con lo que entran en contacto. Lo que conseguían con ello es un efecto muy similar al de las grapas de suturación que conocemos hoy en día.

En la antigüedad, los médicos colocaban las hormigas sobre los colgajos de la herida que estaban tratando. Y las hormigas se encargaban de morder la piel uniendo los dos lados de la herida. En ese momento, el cirujano separaba el cuerpo de la hormiga de la cabeza, que quedaba agarrada a la herida como si de una grapa se tratara. ¡INCREÍBLE!
Además, sorprendentemente, no causaban infecciones y no necesitaban ser extraídas, ya que el propio cuerpo se encargaba de expulsarlas cuando ya no las necesitaba.