Los perros son como los niños, cuando menos te lo esperas, te pegan el susto y amanecen enfermos. Al igual que los humanos, los perros también pueden sufrir episodios de diarreas o colitis. Las causas son muy diversas, desde comer un alimento en mal estado hasta un proceso infeccioso o una malformación digestiva. Especialmente si son cachorros, nunca dejes pasar por alto este trastorno.
Entre las causas que provocan esta enfermedad intestinal pueden encontrarse problemas alimenticios, infecciones o simples parásitos. En ocasiones, la colitis sólo es un síntoma de otra enfermedad más grave.
Tratamiento y precauciones
Sabremos que nuestro perro tiene colitis porque sus heces serán diferentes, presenta diarrea y, sobre todo porque puede aparecer mocos o incluso sangre en sus deposiciones. Esto se debe a que el colon inflamado impide la absorción del agua en el intestino y puede provocar heridas.
El veterinario deberá hacer un chequeo al animal, para detectar secuelas o síntomas de enfermedad. Entre las pruebas están el análisis de las heces, radiografías y endoscopias si fuese necesario.
Tras los análisis, se comprobará si el problema puede deberse a una intolerancia a algún alimento. En otros casos, y siempre que se tengan problemas digestivos, deberá ofrecer al animal abundante agua, vigilando que se mantenga hidratado, dieta blanda con alimentos fáciles de digerir, una alimentación baja en grasas y de calidad.
Es aconsejable darle al perro suero hiposódico o aquiarius.