¡Mi gata ha parido!

Después de unos dos meses de dulce espera, nuestra gata ha sido mamá. Por fin tenemos a los gatitos con nosotros, y esto nos llena de alegría, ¡son tan monos! Pero aunque nos quedemos embelesados observándoles a ellos y a la madre, no debemos descuidar a esta última. La pobre mamá se ha comportado como una campeona y hay que vigilar que se recupere bien tras el parto.

Precauciones tras el parto

Si es la primera vez que criamos gatitos, habrá algunos detalles que nos sorprendan e incluso asusten. No tienes por qué alarmarte, pero sí es conveniente llevar a tu gata al veterinario para que la revise.

La leche. Hemos de observar su color y consistencia.  Si está descolorida, amarillenta y gruesa, podría estar infectada.

Es normal que durante las primeras 4 horas siguientes al parto, la gata descargue una sustancia verdosa, que irá volviéndose rojiza pues contiene suero y sangre. Esto puede durarle unos 5 días. Si dura más o se vuelve verdosa, podría ser signo de infección por restos de placenta.

Es importante comprobar que no quedó ningún bebé dentro ni tampoco restos de placenta. Para ello hemos de palpar el útero y acudir al veterinario en caso de duda.

Alimentación

Una gata lactante necesita consumir muchas calorías. Podemos darle comida para gatitos que es más nutritiva. Y vigilemos que coma bien.

Los suplementos de calcio son muy buenos durante la lactancia. Y la vitamina B le ayudará a generar más leche.