¿Tu perro tiene mala visión? Te explicamos cómo cuidarlo

Cuando un perro empieza a ser afectado por problemas de visión, la preocupación de sus compañeros humanos por su cuidado aumenta notablemente. Y no es para menos, ya que como ocurre con los humanos, la perdida de visión en el can repercute en cómo este interactúa con su entorno, volviéndolo más vulnerable a este.

Sin embargo, este problema causado por una enfermedad o la vejez no es un motivo de derrota para el perro, y mucho menos debe serlo para su familia. Con las precauciones adecuadas, el can podrá retomar su rutina diaria paso a paso. ¿Tu perro tiene mala visión? Te explicamos cómo cuidarlo.

Comprende lo que significa este nuevo cambio en su vida

La perdida de visión gradual o completa en el can representa un gran cambio en su día a día, y como es de esperar, a este le tomará tiempo adaptarse a su nueva condición; pero eso no significa que la vida del perro esté acabada o que este no pueda salir adelante.

Muchos dueños cometen el error de tomar este pensamiento como cierto, lo que los lleva a sobreproteger o en caso contrario, descuidar al can. Tu compañero peludo necesita de tu ayuda y comprensión para seguir adelante, para adaptarse a su nueva condición. Lo que vuelve fundamental la comprensión, paciencia y dedicación por parte del dueño hacia el animal para que su futuro siga siendo tan brillante como unos años atrás.

Maneja estratégicamente el entorno

Un perro con problemas de visión es propenso a chocar o lastimarse con los objetos que se encuentran a su alrededor, por lo que las modificaciones de ciertos aspectos del hogar no pueden hacerse esperar. Sin embargo, este punto solo se refiere a aquello que pueda ocasionarle daño al animal, y no a realizar una remodelación completa de su entorno.

Cambios como la ubicación de muebles o de los objetos personales del can deben ser manejados con cuidado, debido a que esto puede desorientar al perro quien ya tiene en su memoria una imagen establecida de como es su hogar.

Establece una rutina

Los primeros días e incluso meses serán difíciles para ambos, requiriendo una participación activa de la persona para ayudar al perro a orientarse lentamente. Para este fin, la rutina resulta el más grande aliado. Con una rutina estable y bien estructurada, el can logrará adaptarse a su condición con rapidez, valiéndose de sus otros sentidos y de la costumbre.

Nunca olvides el ejercicio y los juegos

Independientemente de si el can puede ver o no, los juegos y el ejercicio forman parte vital de su vida. Es importante que estas actividades siempre estén presentes en su día a día, aunque sean complicadas en un principio. La salud física y mental del perro dependen de ello.

Se recomienda adquirir juguetes que hagan ruido o que posean un aroma particular, para así facilitar la interacción del can con ellos. En el caso del ejercicio, un lugar amplio y libre de obstáculos suele ser la mejor opción, además de utilizar una correa especial a la hora de llevarlo a pasear.

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